Qué me aporta escribir SOBRE y DESDE las mujeres. RESISTENCIAS. HISTORIAS DE MUJERES QUE CAMBIAN EL MUNDO

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A estas alturas, y escribiendo más a fuego lento sobre otras RESISTENTES, reflexiono sobre lo que me ha dado el escribir la vida de estas mujeres, así como los aprendizajes que yo he integrado como feminista, cooperante, socióloga y mujer.

Todo este camino hecho desde 2012 en que surge como idea, hasta los diferentes formatos que ha atravesado, me ha enseñado también mucho sobre mí misma.  Mis inseguridades, certezas, ética, visión del mundo … Todavía recuerdo la sensación de vergüenza que sentí cuando pasó a papel, a libro, muy marcada por el “no merezco” con el que el patriarcado nos azota a tantas. Si no somos perfectas, mejor no estar; es esa cantinela de fondo que debemos apagar y tal vez sostenidas en las historias de otras podamos hacerlo. El prólogo de mi admirada Sarah Babiker, que me hizo regresar a mi esencia como cooperante, me facilitó mirarme lindo. A las mujeres nos cuesta mucho mirarnos a nosotras mismas con reconocimiento y cariño; verme en los ojos de Sarah fue un regalo enorme. Creo que mis ojos causaron ese efecto también en las mujeres retratadas.

Los mensajes de cariño de mis lectoras/es fueron calmando en mí ese desasosiego y, posiblemente, empoderándome.

Me hizo muy feliz que esa niña escritora que fui regresase. Tardó, pero qué gusto reencontrarme con esa María. Lo bonito es que acudiese cuando llegó Ixchel, mi hija, que fue el impulso último que convirtió mi deseo de escribir sobre mujeres en una necesidad.

Ahora juegan juntas.

Qué me impulsó a escribir la historia DE y DESDE las mujeres

Me reconozco feminista desde muy temprana edad o, al menos, con mirada y conciencia feminista. La Malena de Almudena Grandes fue mi primera lectura de las normas sociales desde otro ángulo y, sin duda, la película en la que era encarnada por Ariadna Gil me marcó fuerte. Recuerdo a una amiga de la universidad diciéndome “deja de hacer malenadas”.

Desde hacía muchos años leía libros de mujeres, especialmente novela histórica o ensayos feministas sobre la historia. Me compraba religiosamente la agenda de las mujeres (algún guardo algunas). En mi año de estudio en Lisboa, comencé a leer sobre feminismo cristiano, incluso hice un trabajo sobre el tema. La voz dormida, de Dulce Chacón, me da una buena bofetada en 2002, ya regresada de Portugal ; este dulce y desgarrador libro profundizó en todo aquello que ya me estaba moviendo: la eliminación de las mujeres de la historia, la mirada androcéntrica del mundo y el efecto que tenía eso en nosotras, las mujeres, y en la visión sobre nosotras de los hombres. En Marruecos, donde empiezo mi carrera de cooperante y profundizo en las prelaciones de poder y el racismo, dediqué tiempo a leer sobre lecturas feministas y antropológicas sobre la religión musulmana, y hago mi tesina sobre “Derecho al cuerpo de las mujeres en Marruecos”, bajo la dirección de Gema Martín Muñoz. En Mauritania seguiría este hilo.

Pero fue en Honduras (donde viví `por primera vez desde 2007 a 2011) donde más “se me movió el piso”. Allí trabajé y conviví con el movimiento feminista hondureño y centroamericano. Las lecturas de Leticia de Oyuela y, sobre todo Gioconda Belli (con la que ya me paseara por la revolución sandinista hacía ya años con “La mujer habitada”) seguían ahondando mi indignación por la historia no contada y los diversos lentes con los que leemos el contexto mujeres y hombres.

Honduras tenía una imagen muy negativa a nivel exterior y diría que también un mal autoconcepto en la población, en parte por el rol de “la contrarrevolución” en el país en la época de las revoluciones centroamericanas. Era considerado como un país sumiso, no muy activo, frente a Cuba, Salvador o Nicaragua. Yo veía otra cosa, veía resistencias en muchos campos y, especialmente, mucha fuerza en las mujeres que sobreviven en un entorno pobre, violento y patriarcal, al tiempo que sostienen la vida en el país.

En 2009 se produce un golpe de estado, el primero en América Latina del siglo XXI, que vivo con mucho compromiso. Mi mayor cercanía era con el movimiento feminista, que jugó un rol muy relevante en la resistencia popular contra el golpe de estado, con enormes dificultades. La población hondureña se movilizó durante un año para tratar de revertir un golpe de estado que, poco a poco, iba siendo legitimado por el mundo. Ese periodo de mi vida fue en el que más aprendí sobre relaciones internacionales y geopolítica.

En 2011 me voy a vivir a Mauritania, donde germinan mis sentimientos y se profundizan mis reflexiones sobre varios aspectos que me tocan como cooperante, internacionalista y feminista:

  • ¿Cuál es el rol de la cooperación y las personas cooperantes? Esta profesión está marcada por una división del mundo en el que siempre hay una construcción del “otro y otra”, la otredad, marcada por las relaciones de poder.
  • Dividimos el mundo entre poblaciones y personas resistentes vs sumisas. Y yo al tiempo constataba que el discurso no coincidía con mi vivencia.
  • En lo que respecta a las mujeres, veía una clara acción y reflexión en las relaciones internacionales basadas en la división entre: “las que saben y las que aprenden”, así como “las diversas vs las iguales”, que chocaba con mi concepción internacionalista e integrador de lo que es el feminismo. Además, gracias a mi trabajo y vida en movilidad, conocía mujeres cuyas vidas me parecían heroicas en lo personal y profesional.
  • No encontraba información en castellano sobre las mujeres e historia de Mauritania y consideraba que esto influía en la visión externa sobre el país y su gente, especialmente las mujeres.
  • En las relaciones internacionales “norte-sur”, especialmente en la diplomacia, hay una instrumentalización permanente de las mujeres, especialmente de las mujeres activistas. El libro ¿Qué sentido tiene la revolución si no podemos bailar?, de jane Barry y Jelena Djordjeviz desde el Fondo de Acción Urgente por los Derechos Humanos de las Mujeres, me dio muchas luces al respecto. Tratar a las defensoras como rock stars y reducir los presupuestos de cooperación en partidas esenciales para su trabajo y seguridad, era una de tantas incoherencias que veía .

Con todas estas reflexiones, que me movían emociones, en 2012 plantee un proyecto colectivo con otras personas para documentar historias de vida de mujeres mauritanas. El proyecto no avanzó, pero ese año yo portaba ya en mi vientre a mi hija Ixchel y la necesidad de contar la historia de las mujeres que la vida me regalaba, al tiempo que la historia de sus países desde su vivencia y mirada, se hizo ya incontenible.

Ixchel llega en 2013 y en 2014 comienzo a publicar los artículos que voy escribiendo sobre mujeres en mi blog y en algunas revistas. Cedo también mis artículos a algunos medios de comunicación y organizaciones, hasta que, en 2021, “Resistencias. Historias de mujeres que cambian el mundo” nace en libro, con las ilustraciones de la artista Eva Riol, gracias al escritor y cineasta Oscar Estrada y la editorial Casasola. Oscar y yo nos conocimos el 28 de junio de 2009, el día del golpe de estado en Honduras, frente a casa presidencial; fue el inicio de muchas reflexiones y conversaciones que seguimos compartiendo. Eva y yo nos conocimos en Mauritania, donde yo comencé a escribir sobre mujeres y ella a retratarlas con su cámara fotográfica y su pincel. Entre dunas inició nuestra amistad, que solemos alimentar en mis paradas en Madrid.

Elaboración de los artículos

El proceso de elaboración de cada artículo es muy artesanal. Me lleva muchos días, y ha llegado a llevar años.

Las entrevistas son muy largas, entre dos y tres horas recorriendo la vida de la entrevistada. Recordar parte de su vida, les hace recorrer episodios de su historia que, en ocasiones, ya no tenían presentes. Se mueven muchas emociones, en mí y en ellas. Siempre se nos abren a ambas algunas puertas, o hilamos algunas cosas entre raíces y hojas de nuestras vidas. Para mí, la confianza que esas mujeres han depositado al contarme su historia es un regalo enorme, me siento una privilegiada.

El proceso de escritura lo vivo con una enorme responsabilidad. Devolverle a alguien su vida, bajo sus palabras y mi mirada, así como documentar el contexto en que su historia transcurre, es bastante complejo. Primero hago transcripciones de las entrevistas, al tiempo que busco algunas informaciones y anoto que debo resaltar. Después empiezo a armarlas, muy guiada por la intuición.

Siempre estoy muy nerviosa cuando publico un artículo por el impacto que pueda causar. Me he llevado muchas alegrías también con ese proceso de recepción pública, pero lo vivo con mucha tensión. Ahora no estoy publicando los artículos que estoy escribiendo para el segundo libro; tal vez prefiero que reposen un tiempo.

Aprendo siempre muchas cosas sobre la historia de cada contexto y sobre los diferentes ángulos de ver, interpretar y actuar ante un asunto. Constato la cantidad de cosas que me faltan por aprender y la inmensidad de puntos de vista que ignoraba e ignoro. Por ejemplo, no había reflexionado mucho sobre cómo es la vida de una guerrillera, o las principales barreras para una mujer trans, o qué percepción tiene sobre la mutilación genital una mujer mutilada, o sobre la violación una violada.

Cómo reciben las retratadas su historia

Todas las mujeres sintieron sorpresas cuando les solicité una entrevista para conocer su historia. Nos cuesta mucho reconocernos a nosotras mismas.

Muchas retratadas sintieron dolor sobre partes del relato. Leerse en primera persona es complicado. Todos los artículos son revisados por las retratadas antes de publicarse. Normalmente no hay grandes cambios en lo que se cuenta. En ocasiones he sido yo la que he eliminado algunas partes, principalmente porque consideré que podía causar problemas de seguridad a la retratada.

Los artículos causaron impacto en ellas y su entorno que, en ocasiones, desconocía parte de su historia. Mirarse desde otros ojos facilita reconocer lo andado, valorarlo, sentir orgullo por ello.

Principales aprendizajes

“Resistencias. Historias de mujeres que cambian el mundo” da voz a mujeres de diferentes lugares del mundo en su diversidad étnica, social y económica, pero unidas por un hecho: haber tomado la valiente decisión de resistirse a algún patrón impuesto y seguir caminos alternativos. Todas generan posibilidades nuevas en su entorno y en el mundo.

Resistencias nace para abrir el abanico de opciones, para presentar a mujeres que inspiran posibilidad de cambio, lucha, resistencia, capacidad, fuerza, solidaridad, sororidad… Ampliar el modelo social de mujer como sujeto histórico y político activo, con agencia.

Algunos aprendizajes del proceso…:

  • Mediante la historia de vida, contada en primera persona, de estas diversas mujeres, su causa y su valor, se constata que PEQUEÑAS O GRANDES RESISTENCIAS PROVOCAN CAMBIOS
  • A LAS MUJERES NOS CUESTA MUCHÍSIMO VALORARNOS. En muchas ocasiones he tenido que hacer un esfuerzo muy importante para que brotase la retratada en medio de un contexto o grupo de personas. El caso más complicado fue el de Mariem Daddah, la esposa del primer presidente mauritano tras la descolonización. A pesar de que Mariem jugó un rol importante en el país, fue un reto que contase su aporte en primera persona
  • En todos los lugares LAS MUJERES SABEN Y SON DIVERSAS (otra cosa es el conocimiento que valora cada sociedad)
  • Las ACCIONES, INACCIONES, DECISIONES tienen sólo sentido en el contexto y vida personal
  • En muchas ocasiones, el CONTEXTO OFICIAL, el general, SE DESMONTA AL CONOCER LA EXPERIENCIA PERSONAL (lo personal es político). Esto ocurre en varios relatos, lo que muestra la importancia de conocer la vida de la gente en primera persona, para entender el contexto en el que se desenvuelve, los problemas y posibilidades de acción. Los análisis generales de contexto invisibilizan especialmente a las mujeres
  • Las mujeres ESTAMOS SIEMPRE, en todos los momentos y acontecimientos de la historia: se nos invisibiliza
  • La historia de los países es diferente desde LA VOZ DE LAS MUJERES, PARTES DE LA HISTORIA SE HAN BORRADO. Las experiencias de mujeres y hombres están cruzadas por nuestros diferentes roles y mandatos sociales y, a causa del menor valor social que tenemos en el patriarcado, partes de la historia y sus actoras han sido eliminadas
  • Existen muchas cosas COMUNES ENTRE MUJERES DE REALIDADES MUY DIFERENTES, especialmente relacionadas con las violencias basadas en género y discriminaciones. Poner el foco en lo que nos une más que en lo que nos separa, sería más útil a nivel de promoción y protección de nuestros derechos
  • La SORORIDAD aparece en todos los relatos, así como la vivencia del machismo y la violencia basada en género
  • Las mujeres despliegan DIVERSAS ESTRATEGIAS QUE SE INGENIAN PARA SOBREVIVIR, ALCANZAR SUS SUEÑOS, CUIDAR… Hay mujeres valientes en todos los países que retan el mandato social, por su felicidad o por la de otras, más allá de la visión paternalista, homogénea o victimizada que en ocasiones se ofrece de ellas.
  • La MATERNIDAD y LOS CUIDADOS son elementos centrales
  • NUESTROS IMAGINARIOS SON PATRIARCALES. La historia, pasada y contemporánea, se nos cuentan desde una mirada y voz masculina, que centra el relato en lo que el patriarcado prioriza.  Este borrado de la voz de las mujeres impacta directamente en nuestro imaginario y el de los hombres sobre nosotras, ya que nos oculta haciéndonos parecer siempre “recién llegadas”, además de dar una imagen de país y de mundo muy sesgada.

Sin duda, como Resistencias se escribió en un periodo de tiempo tan largo, seis años, merecería la pena una revisión de todos los artículos para homogeneizar la cantidad de información, ente otras cosas.


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