PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES, REQUISITO PARA UNA DEMOCRACIA INCLUSIVA

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Termino hoy 6 meses de trabajo intenso en ONU Mujeres construyendo el área de Participación Política de las Mujeres en Honduras.

La participación política de las mujeres es esencial para construir democracias sólidas, inclusivas y justas. Representando más de la mitad de la población mundial, su presencia en espacios de toma de decisiones asegura que las políticas públicas reflejen una diversidad de perspectivas y respondan a las necesidades de toda la sociedad. La igualdad en la representación no solo es un derecho humano reconocido en instrumentos internacionales, como el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sino que también fortalece la legitimidad y eficacia de las instituciones democráticas.

Cuando las mujeres participan en igualdad, se toman decisiones más inclusivas que abordan mejor desafíos sociales como la desigualdad económica, la violencia de género, y los derechos de niñas y mujeres. Además, su presencia en la política contribuye a romper normas culturales que perpetúan estereotipos de género y a crear una sociedad más equitativa.

A pesar de los avances, las mujeres enfrentan barreras significativas que limitan su participación política:

  1. Normas sociales y roles de género: Los roles rígidos asignados a hombres y mujeres limitan la entrada y permanencia de las mujeres en espacios de poder. Las normas culturales favorecen la dominación masculina en la política y refuerzan prejuicios sobre la capacidad de las mujeres para liderar.
  2. Violencia política de género: La violencia, en particular la dirigida a las mujeres en política, es un obstáculo crítico. Este tipo de violencia busca intimidar y excluir a las mujeres de los procesos de toma de decisiones, debilitando sus derechos y los avances democráticos.
  3. Desigualdades estructurales: Las mujeres, especialmente las jóvenes, afrodescendientes e indígenas, enfrentan un acceso limitado a información y formación para incidir en la política. Además, las desigualdades económicas dificultan que puedan competir en igualdad de condiciones.
  4. Carga desproporcionada de tareas de cuidado: La falta de distribución equitativa de las responsabilidades domésticas y de cuidado impone una doble carga sobre las mujeres, lo que las obliga en muchos casos a abandonar sus roles públicos y políticos.

Invertir en la inclusión de las mujeres en la política no solo acelera el progreso hacia una sociedad más equitativa, sino que también contribuye al fortalecimiento de la democracia y la paz. La representación igualitaria es clave para asegurar que las decisiones reflejen las necesidades de toda la población y que se promueva un entorno político seguro y libre de violencia.


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