ALDA FACIO MONTEJO, INCIDENCIA POLÍTICA FEMINISTA EN EL MARCO DE LOS DERECHOS HUMANOS

 In Resistencias
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Entrevista realizada el 18/09/2020 por María Castro Serantes, que debía haber sido publicada en una revista académica que el covid19 complicó

Alda facio (Costa Rica,  1948) es una conocida feminista latinoamericana, un referente en derechos de las mujeres en el mundo.  Jurista feminista, experta internacional en género y derechos humanos, es una de las 10 mujeres en el mundo que organizó el Tribunal en Viena sobre la violación a los derechos de las mujeres de 1993, impulsado por el movimiento feminista en el marco de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos organizada por las Naciones Unidas.

Fundadora de Ventana (uno de los primeros grupos feministas en los años setenta en Costa Rica) y de Caucus de Mujeres por una Justicia de Género en la Corte Penal Internacional. Fue también directora del Programa “Mujer, Justicia y Género” del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD), forma parte de la junta directiva de la Fundación Justicia y Género y colabora activamente con la organización internacional feminista JASS.

Alda Facio es Experta del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre la discriminación contra las mujeres y niñas y una apasionada defensora del cumplimiento y promoción del sistema internacional de derechos humanos. La pandemia, me cuenta, ha aumentado los casos de violaciones de derechos de mujeres y niñas.

Sobre el marco internacional de derechos humanos de las mujeres: Avances, retrocesos, ¿Dónde estamos?

Hay algunos avances, como ha habido desde que en junio del 93 las Naciones Unidas nos aceptó como humanas al decir que los derechos de las mujeres eran Derechos Humanos; desde ahí hemos tenido muchos logros dentro de Naciones Unidas que también se traducen localmente. Por ejemplo, se logró una declaración sobre violencia contra las mujeres, que en esta región se convirtió en la Convención de Belem do Pará[1], y logramos una relatoría dentro del Consejo de Derechos Humanos sobre violencia contra las mujeres. Se ha avanzado, por lo menos, en la doctrina de los derechos sexuales y derechos reproductivos, que antes ni siquiera se mencionaban en el campo de los derechos humanos. Se ha avanzado muchísimo en entender lo que hoy día se está llamando la interseccionalidad; entender que la discriminación hacia las mujeres es diversa como diversas son las mujeres, aunque sigue siendo discriminación hacia las mujeres por ser mujeres. Que, al unirse con raza, o con estatus migratorio, con edad…, cambia un poco la forma en la que se vive la discriminación.

Se ha avanzado mucho pero también hay retroceso al mismo tiempo, porque en lo que se ha avanzado hay mucha confusión conceptual. Por ejemplo: ¿qué son los derechos sexuales?, ¿qué son los derechos reproductivos?, … Género es el concepto más complicado, que todo el mundo entiende de diferente manera, y hay ahora tanta confusión y hasta movimientos de la ultraderecha que quieren eliminar todo lo que tenga que ver con género sin entender muy bien qué es lo que quieren eliminar, simplemente para que no se hable de género. Y por otro lado hay todo un movimiento de algunas personas LGBT que quieren reducir el género a la identidad de género (no voy a meterme en esta discusión que es complicada y muy interesante). Estamos en un momento de confusión conceptual, de avances y de retrocesos que van de la mano de los avances.

Por ejemplo, con el hecho de que hay toda una movida en el mundo de “derechización” y siempre que entra un tipo ultraconservador al poder a las mujeres nos va peor. No quiere decir que un gobierno progresista va a reconocer todos nuestros derechos, pero tenemos más posibilidades de que nos reconozcan los derechos humanos que con la ultraderecha o, como en muchos países nuestros, con los fundamentalismos religiosos evangélicos, que son todavía más misóginos.

Por cierto, a nivel de Naciones Unidas, algo que es como contradictorio pero que a mí me alegró mucho, fue que se reconociera en el Consejo de Derechos Humanos que hay una reacción en contra de los derechos de las mujeres por parte de muchos estados y que hay una arremetida de estados contra todos los avances que habíamos logrado en los noventa y principios de este milenio.

¿Qué aportes del feminismo destaca?

Completamente todos los derechos humanos que hoy gozamos las mujeres, en teoría por lo menos, se los debemos al feminismo. Definitivamente, han sido las feministas las que han puesto en el discurso internacional los temas de las mujeres. El mismo concepto de igualdad, alrededor del cual también hay mucha confusión pero que se ha ido aclarando, se debe al feminismo. En los derechos humanos, va muy de la mano la teoría feminista con el avance de los derechos humanos, o sea, no puede haber avance en derechos humanos si no se analiza la situación de las mujeres y cómo cambian las formas en que se violan los derechos y las formas en que tienen que ser conceptualizados los derechos y los principios desde el feminismo.

Somos las feministas las que también hemos estado haciendo lobby por cambiar las leyes, por cambiar las normas internacionales; ha sido gracias a los diversos movimientos feministas. Con el peligro ahora del movimiento Queer que está causando problemas, digamos.  Porque si quieren borrar a la existencia de las mujeres, pues si no hay mujeres, ¿cómo va a haber derechos humanos de las mujeres? Entonces, si consideras que la teoría Queer es feminista, podría decir que está más bien en contra de los derechos humanos de las mujeres. Pero si entiendes que la teoría Queer es una teoría sobre la sexualidad humana y no sobre la discriminación contra las mujeres y por qué se da, entonces podemos entender que son diferentes movimientos y que no tenemos que asumir la teoría Queer en nuestra teorización sobre los derechos humanos de las mujeres.

¿Cómo se incide desde el feminismo? ¿Cómo movimiento, de forma individual, …?

De las dos formas. Todo lo que se ha avanzado dentro de la doctrina internacional de los derechos humanos, que es más internacional, global, es gracias a la articulación de feministas de todo el mundo. Por ejemplo, lo que los logramos en Viena[2] fue una articulación nunca antes vista entre feministas de todo el mundo para lograr exigir que la violencia hacia las mujeres fuera considerada una violación contra los derechos humanos y que los derechos de las mujeres eran derechos humanos, que antes de 1993 no lo eran dentro de la doctrina de derechos humanos. Para lograr eso hubo que tener una articulación magnífica, que yo creo que después nunca se ha dado tan bien como se dio hacia esa conferencia. Fueron feministas. Yo particularmente estuve muy activa en esos tres años trabajando sólo para eso con feministas de todas las regiones del mundo. Era un movimiento muy grande, muy fuerte, que se sentía más fuerte y más grande de lo que era porque estábamos tan bien articuladas que parecíamos una fuerza con la que no se podía estar en contra. Creo que eso fue lo que hizo que todos los estados votaran a favor de nuestros derechos y que después se han arrepentido de ello.  Esa fuerza de ese movimiento tan articulado no está ahora, aunque tengo la esperanza de que esté volviendo a surgir la necesidad de articularse y de entender que las mujeres no sólo somos diversidad, padecemos de una discriminación. Lo que tenemos en común es que todas las mujeres de todas las clases, razas, edad, etcétera, somos discriminadas. Somos discriminadas de diferentes maneras y en diferente grado, es cierto, pero hemos estado dándole énfasis a la diversidad entre mujeres (que era importante hacerlo, pero creo que ya hemos aclarado bien que somos muy diversas) y ahora tenemos que volver a recordar que somos muchas, que somos la mitad de la humanidad y que juntas podemos lograr muchas cosas; todas separadas y diversas NO.

¿Hay conexión entre el feminismo español y latinoamericano?

Yo creo que sí. Más bien, yo me siento mucho más afín al feminismo español que a un montón de otros feminismos.

Pero no estamos en la misma región. Naciones Unidas está dividida en regiones y España siempre tiene que reunirse con el grupo de Europa Occidental y Otros, así que no podemos coordinar mucho con las feministas españolas para hacer cosas en conjunto; a nivel internacional no es tanta la coordinación que podemos hacer. Pero, por ejemplo, toda la teoría que elabora España por ser un país con más dinero, con más posibilidad de que mujeres puedan dedicarse a estudiar, leer y escribir (porque en nuestra región son pocas las mujeres que pueden hacer eso) nos ha servido mucho la doctrina feminista que sale de allá. Como también creo que el activismo nuestro, de América Latina, ha servido para hacer teoría a las españolas. Creo que ahí va la conexión.

Dentro de este marco de los derechos humanos de las mujeres, la cooperación internacional para el desarrollo, ¿cuál ha sido y es el rol en este marco?

Esto es una opinión muy personal y no algo que haya investigado, pero creo que la cooperación, especialmente la de España con nuestros países, es muy miope. Me parece a mí que hace apoyo siempre a los grupos más vulnerables, pero no trata de apoyar a movimientos para que se unan y que puedan fortalecerse mutuamente. Y no está mal trabajar sólo con mujeres campesinas, sino que se podría trabajar con mujeres campesinas para que se sientan parte de un movimiento más grande. Esa parte está faltando, me parece a mí. Y bueno, yo también tengo mis críticas en cuanto a la cooperación internacional, que no entiende la importancia de los derechos humanos. Los/as mismos/as cooperantes que vienen a nuestros países y a las embajadas, como que no saben de derechos humanos, no entienden la CEDAW, entonces no entienden por qué es importante apoyar a que se vaya un curso de derechos humanos o que vayan a participar, por ejemplo, en las sesiones de la CEDAW, etcétera. Cuesta muchísimo que se entienda la importancia eso. Justamente ayer estaba hablando con gente de una fundación que no entendían para qué servía a las mujeres pobres un curso derechos humanos. Sirve porque si entienden sus derechos los pueden demandar más, por ejemplo. Entonces eso es lo que sirve, yo no sé cómo piensan que las personas se puedan empoderar si no conocen sus propios derechos ni qué puede hacer el Estado y que no debe hacer el Estado.

En ese sentido, el rol de la cooperación internacional en el tema de derechos humanos de las mujeres ¿ha mejorado o empeorado en los últimos años? ¿evolución o involución?

Yo creo que hay involución más bien, porque en los noventa hubo mucha cooperación para los derechos humanos de diferentes cooperantes del mundo. Los países del norte, por ejemplo, apoyaban muchas cosas diferentes. Siempre dentro del marco los derechos humanos, apoyaban festivales de arte por los derechos humanos, cursos de derechos humanos para mujeres analfabetas, cosas así, había mucho de eso en los noventa y ya no existe.

¿Cree que hay una cooperación feminista, algún país que apueste por una política de cooperación feminista?

Pues algunos que se dicen feministas y otros que tienen aspectos de su política exterior y de su cooperación que sí son feministas, que analizan el problema del país con el que van a cooperar con una perspectiva feminista, pero no siempre ni holísticamente. Algunos aspectos los analizan así, otros no, entonces se vuelve como si lo bueno que hacen con una cosa, se borra con lo otro.  Es difícil contestar a esta pregunta, porque por otro lado sí hay más seguridad en la cooperación en cuanto a ciertos derechos de las mujeres, a la importancia de ciertos derechos y a hablar abiertamente. A que las cooperantes y las personas que trabajan en el país con el que se está cooperado puedan tener su opinión sobre los derechos reproductivos, el aborto, cosas que antes no les permitía hablar, ahora sí. Esto para mí es un avance, porque también para las mujeres del país el que haya mujeres de otro lado que se atrevan a hablar les abre el camino para poder hablar de ciertos temas que antes eran inmencionables.

¿Qué rol podría jugar la cooperación internacional para ser una liada en el avance sobre los derechos humanos de las mujeres?

Apoyar muchísimo, por ejemplo, todo esto de la conceptualización también con las mujeres menos educadas (en el sentido de educación formal) porque yo he logrado, por ejemplo, cuando en Jass[3] hacemos esos cursos para mujeres defensoras de derechos humanos y mujeres de los movimientos populares ¡cómo se empoderan! Teniendo los instrumentos de derechos humanos, conociéndolos, porque yo sé que también se puede trabajar sobre derechos humanos sin ningún instrumento, pero creo que es como amputarse un brazo.  Están los instrumentos, está todo el apoyo que podrían tener de los instrumentos internacionales, y no se utilizan porque en la cooperación no los consideran importantes. O interesantes.

Y a nivel de incidencia dentro de Naciones Unidas, qué rol debería jugar un país para ser aliado.

Los derechos humanos, a diferencia de los programas de desarrollo que ejecutan las agencias de desarrollo, son jurídicamente vinculantes, son legalmente obligatorios. Los Estados tienen la obligación de cumplir. No como Beijing, o la agenda 2030 que no es obligatoria; si un estado no cumple, no cumplió. En cambio, los derechos humanos es un instrumento que tenemos muy fuerte, pero que la mayoría la gente no lo usa. Es mi frustración permanente porque siento que si más mujeres supieran de sus derechos humanos, usaran sus instrumentos, estaríamos en otra situación.

Las cooperaciones deberían poner los derechos humanos en el centro, digamos.

Como lo dijeron que iban a hacer; dijeron que en el centro del desarrollo tienen que estar los derechos humanos y después no lo hicieron. Si usted se pone a leer la agenda 2030 no dice nada más que lo que ya dicen los instrumentos de derechos humanos. O sea, los estados lo hablan; por lo menos tiene la ventaja de que están hablando de lograr la igualdad, pero es un compromiso que

cada Estado lo hizo desde que ratificó la CEDAW. España, para ser un verdadero aliado de los derechos humanos de las mujeres, podría exigirles a los países en los que está dando apoyo que cumplan con la CEDAW, por ejemplo. Que cumplan, que manden sus informes, que cumplan con las recomendaciones que les ha hecho el Comité de CEDAW, … Eso sería un refuerzo importantísimo, pero no lo hace España y no lo hace ningún Estado, no es sólo con España la cosa.  

Yo siento que a veces son esquizofrénicos, porque hablan de derechos humanos cuando están allá, pero cuando están en el país no hablan de los derechos humanos. O sea, sí dicen las palabras “derechos humanos” pero no utilizan toda la doctrina y los principios derechos humanos, que podrían. Y cuando las cosas se ponen difíciles, siempre los derechos que se negocian son los de las mujeres. Es muy triste.

Quiere añadir algo más.

Pues sí, que yo pienso que debería de dársele más importancia a los estándares internacionales de derechos humanos para tener algo en común con todas las mujeres. Si la cooperación le diera importancia y las mujeres que están siendo apoyadas entendieran que tienen estos instrumentos, podríamos tener algo en conjunto muy importante que nos uniría a todas las mujeres en lugar de estar tan divididas como estamos ahora. Podríamos estar apoyándonos mutuamente, apoyar a las mujeres migrantes, pero que las migrantes apoyen también a las indígenas, y que las indígenas apoyen a las lesbianas, y las lesbianas apoyen a las afro…. O sea, sería haciendo un movimiento enorme de la mitad de la humanidad, pues tendríamos muchísima fuerza. Le conviene obviamente al patriarcado y al capitalismo que no estemos UNIDAS.


[1]https://www.oas.org/dil/esp/convencion_belem_do_para.pdf; https://www.corteidh.or.cr/tablas/r30352.pdf

[2] Conferencia Mundial de Derechos Humanos, 14 a 25 de junio de 1993, Viena (Austria). Alda Facio, 2011. Viena 1993, cuando las mujeres nos hicimos humanas. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3710875

[3]Jass https://www.justassociates.org/es/jass-mesoamerica



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