Coaching con perspectiva de género: una urgencia para una profesión en auge
Hace poco una persona me dijo algo muy evidente cuando conversábamos sobre la inexistencia de la objetividad: la objetividad no existe porque no somos objetos. Yo afirmaría exactamente lo mismo sobre la neutralidad: no existe pues las acciones pasan por seres humanos, cada una/o con un esquema de creencias, una historia de vida, unas capacidades y limitaciones, unos valores. Por ello, introducir en el coaching perspectiva de género es esencial para:
- No contribuir a un sistema patriarcal, con enormes violencias y discriminaciones hacia las mujeres, niñas y colectivo LGTBIQ+, así como enormes limitaciones para los hombres
- Favorecer la existencia de una sociedad igualitaria
- No perjudicar a las y los clientes (No hacer daño) por partir de un esquema de creencias machista, misógino o que, simplemente, no contempla esta realidad
Si habitásemos en sociedades igualitarias esto sería menos necesario, pero estamos muy lejos de ello. Vivimos un momento en el que, al tiempo que se dan grandes progresos en referencia a la posición, situación y condición de mujeres y niñas, confluyen enormes retrocesos y reacciones. Las encuestas a la juventud sobre la percepción sobre las mujeres y las relaciones de pareja, la violencia basada en género (incluyendo la violencia vicaria y la institucional), el auge de los fundamentalismos y las enormes barreras existentes en el mundo laboral para el desarrollo profesional de las mujeres, son pruebas claras de la necesidad de integrar una perspectiva de género en la formación y la práctica del y la coach. A esto se une la gran brecha en asunción de las responsabilidades de cuidado entre mujeres y hombres, con los hombres muy alejados de este aspecto algo que, sin duda, les impacta a ellos y al entorno.
COMPETENCIAS COACH
El modelo de competencia Clave de ICF, actualizado en 2019, pone énfasis en la conducta ética, la mentalidad coaching, la reflexión y la importancia de una sensibilidad cultural, sistémica y contextual. Para cumplir con todos estos factores, es necesario tener una base de conocimiento sobre las desigualdades y discriminaciones estructurales en nuestra sociedad, así como sobre el efecto que éstas generan en nuestras aspiraciones, sueños y forma de comportamiento. Mencionaré las competencias en las que me parece más evidente la necesidad de conocimientos y aplicación de la perspectiva de género.
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1.Demuestra práctica ética: Entiende y aplica constantemente la ética de coaching y los estándares de coaching 1.3. Utiliza lenguaje adecuado y respetuoso con clientes, patrocinadores y las partes interesadas relevantes.
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Una práctica ética pasa por conocer aspectos estructurales básicos que afectan nuestras vidas y que marcan enormes diferencias en nuestro hacer, sentir y pensar. Estos aspectos son importantes para el proceso del o la cliente y la práctica de la o el coach. El conocimiento de lo que supone vivir en un sistema heteropatriarcal para mujeres, hombres y comunidad LGTBIQ+ es muy importante, pues es, sin lugar a dudas, una de las estructuras que marca más nuestras vidas y sueños.
Además de esto, el uso de un lenguaje que nombre adecuadamente conceptos, barreras y sea inclusivo, pasa por un conocimiento en igualdad de género. El lenguaje es un elemento central en el ejercicio del coaching, por ello es tan importante un uso incluyente, no discriminatorio y no sexista del mismo, dado el impacto que tiene en la construcción de la realidad personal y social.
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2.Encarna una mentalidad de coaching: Desarrolla y mantiene una mentalidad abierta, curiosa, flexible y centrada en cada cliente 2.2. Participa en el aprendizaje y en el desarrollo continuo como coach. 2.3. Elabora un ejercicio continuo de reflexión para mejorar su propio coaching. 2.4. Permanece consciente de y abierto a la influencia en sí y en otros del contexto y de la cultura. 2.5. Usa la conciencia de sí y la propia intuición en beneficio de clientes. 2.8. Busca ayuda en fuentes externas cuando es necesario.
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Trabajar internamente, desde la consciencia con conciencia, el impacto en nuestro ser de vivir en un sistema patriarcal, conocer las bases y manifestaciones del mismo, es fundamental para encarnar una mentalidad coaching. Esta estructura es, sin duda, la que más determina socialmente y marca desde el nacimiento a mujeres y hombres. De igual manera, el uso de la consciencia de sí y la propia intuición en beneficio de los clientes se enriquece conociendo mejor nuestros esquemas de pensamiento, también en referencia a la igualdad.
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4.Cultiva confianza y seguridad: Colabora con cada cliente para crear un ambiente que le dé apoyo y seguridad y que le permita compartir libremente. Mantiene una relación de respeto y confianza mutuos. 4.1. Busca entender a cada cliente dentro de su contexto, lo que puede incluir su identidad, su ambiente, sus experiencias, sus valores y sus creencias. 4.2. Demuestra respeto por la identidad de cada cliente, sus percepciones, estilo y lenguaje, y adapta su coaching a cada cliente. 4.3. Reconoce y respeta los talentos, los entendimientos y el trabajo únicos de cada cliente en el proceso de coaching. 4. Demuestra apoyo, empatía y preocupación por cada cliente. 4.5. Reconoce y apoya la expresión de sentimientos, percepciones, preocupaciones, creencias y sugerencias de cada cliente. 4.6. Demuestra apertura y transparencia como una manera de presentarse con vulnerabilidad y forjar una relación de confianza con cada cliente.
5.Mantiene presencia: Es plenamente consciente y está presente con cada cliente, empleando un estilo abierto, flexible, bien fundado y seguro. 5.1.Se mantiene enfocado, atento, empático y receptivo con cada cliente. 5.4.Demuestra confianza en trabajar con emociones fuertes de cada cliente durante el proceso de coaching.
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En las competencias 4 y 5 un conocimiento o desconocimiento sobre género puede suponer una gran diferencia. La empatía, la expresión de sentimientos y emociones suelen estar más desarrollados en el mundo “femenino”, es decir, dentro de las características que social e históricamente se han atribuido a las mujeres y que, sin duda, han ejercido más. Obviamente, esto está más relacionado con los mandatos sociales que con la biología y, por ello, es tan importante el conocimiento de estas estructuras para el desarrollo personal y la expresión profesional como coach. Por otro lado, el conocimiento sobre los roles diferenciados de género y el movimiento que trabaja en pro de la igualdad de género, el feminismo, pueden mejorar con creces la capacidad de empatía y la comprensión de las realidades de los y las clientas.
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6.Escucha activamente: Se enfoca en lo que cada cliente está y no está diciendo para comprender plenamente lo que se está comunicando en el contexto de los sistemas de cada cliente y para apoyar la autoexpresión de cada cliente. 6.1.Considera el contexto, la identidad, el ambiente, las experiencias, los valores y las creencias de cada cliente para potenciar el entendimiento de lo que cada cliente está comunicando. 6.2.Refleja o resume lo que cada cliente comunicó para garantizar claridad y comprensión. 6.3. Reconoce y pregunta cuando hay más de lo que cada cliente está comunicando. 6.4.Nota, reconoce y explora las emociones de cada cliente, los cambios de energía, las señales no verbales u otros comportamientos. 6.5.Integra las palabras, el tono de voz y el lenguaje corporal de cada cliente para determinar el significado completo de lo que está siendo comunicado. 6.6.Nota tendencias en comportamientos y emociones de cada cliente a lo largo de las sesiones para discernir temas y patrones
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La escucha activa es esencial en la práctica del coach y es un asunto que pasa por un aspecto muy marcado por el género: el lenguaje verbal y corporal, así como lo que no se dice. El esquema del o la coach marca la interpretación de los mensajes, por tanto, la búsqueda e interpretación de patrones. Igualmente, los patrones de hombres y mujeres están muy marcados por los roles y mandatos que viven por su identidad de género, orientación sexual y expresión corporal.
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7.Provoca conciencia: Facilita el entendimiento y el aprendizaje de cada cliente mediante el uso de herramientas y técnicas como preguntas poderosas, silencio, metáforas o analogías. 7.1.Considera la experiencia de cada cliente al momento de decidir qué podría ser más útil. 7.2.Desafía al cliente como una forma de provocar conciencia o entendimientos. 7.3.Hace preguntas sobre cada cliente, como sobre su forma de pensar, valores, necesidades, deseos y creencias. 7.4.Hace preguntas que ayudan a cada cliente a explorar más allá del pensamiento actual. 7.5.Invita a cada cliente a compartir más acerca de su experiencia en el momento. 7.6.Nota lo que está funcionando para potenciar el progreso de cada cliente. 7.7.Ajusta el planteamiento de coaching en respuesta a las necesidades de cada cliente. 7.8.Ayuda a cada cliente a identificar factores que influyen en patrones actuales y futuros de comportamiento, pensamiento o emoción. 7.9.Invita cada cliente a generar ideas sobre cómo pueden avanzar y lo que están dispuestos o son capaces de hacer. 7.10.Apoya cada cliente a reencuadrar perspectivas. 7.11.Comparte observaciones, entendimientos y sentimientos, sin apegos, que tienen el potencial de crear un nuevo aprendizaje para cada cliente.
8. Facilita el crecimiento de cada cliente: Colabora con cada cliente para transformar aprendizaje y entendimiento en acción. Promueve la autonomía de cada cliente en el proceso de coaching. 8.1.Trabaja con cada cliente para integrar nueva conciencia, entendimiento o aprendizaje en su visión del mundo y sus comportamientos. 8.2.Colabora con cada cliente para diseñar metas, acciones y medidas de responsabilidad que integren y expandan nuevos aprendizajes. 8.3.Reconoce y apoya la autonomía de cada cliente en el diseño de metas, acciones y métodos de responsabilidad. 8.4.Apoya cada cliente en la identificación de resultados o aprendizaje potenciales a partir de los pasos de acción identificados. 8.5.Invita cada cliente a considerar cómo avanzar, incluido recursos, apoyo y potenciales barreras. 8.6.Colabora con cada cliente para resumir aprendizaje y entendimiento dentro o entre sesiones.
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Las preguntas poderosas, las metáforas, analogías y las herramientas utilizadas para provocar conciencia y favorecer el crecimiento del o la cliente, tendrán mayor impacto y generarán opciones más adecuadas si él o la coach tiene conocimientos sobre género, igualdad y equidad. La desigualdad de género toca vida y estructura mental del o la cocha, así como del y la clienta, por lo que este es un aspecto de la realidad muy importante a considerar.
Cada vez hay más personas, sobre todo mujeres, que no asisten a profesionales de diferentes disciplinas (sicología, medicina, sociología, estadística, agricultura…) si éstos no tienen conocimiento en género al constatar que están más lejos que las personas formadas de eso que se llama “objetividad” y, por ende, repiten esquemas sexistas. Me he encontrado a varias mujeres y a algunos hombres que me han manifestado que no entran en procesos de coaching o de otras disciplinas relacionadas con el crecimiento y bienestar personal en los que perciben que a él o la profesional les falta perspectiva de género o enfoque feminista.
COACHING ORGANIZACIONAL, EJECUTIVO Y DE EQUIPOS
En lo que se refiere al ejercicio del coaching en las organizaciones y ejecutivo, se suman otros factores a la necesidad de tener conocimientos sobre igualdad de género: el marco normativo existente para promover la igualdad y las diferentes barreras y violencias que las mujeres sufren en el entorno laboral. Sólo las organizaciones con una política dirigida a garantizar y favorecer la igualdad desde la equidad (que implica conocer y reconocer el contexto, incluidas las diferencias en concepción y manejo del poder) garantizan un desarrollo profesional y la conciliación de vida personal y laboral de mujeres y hombres. De igual manera, el conocimiento sobre género dará herramientas para no discriminar al colectivo LGTBIQ+. Sin duda, actuar y planificar bajo esta perspectiva mejora la eficiencia, la eficacia, el clima laboral y bienestar de las y los colaboradores.
COACHING… ¿CON GÉNERO?
Como he iniciado este texto, la neutralidad y la objetividad son muy cuestionables dada nuestra humanidad y esquemas mentales, fruto de nuestra experiencia y conocimientos. Aunque existiese, la neutralidad en contextos de desiguales fortalece el status quo. En referencia a la igualdad de género, mi experiencia me lleva a una premisa en todas las áreas de la vida: o se es parte del problema o de la solución. Es decir, o se vive con conciencia de que vivimos en desigualdad de género (y se definen acciones que favorezcan a la igualdad, o es bien posible que estemos agrandando la brecha de género. En el coaching, donde lenguaje y autoconocimiento son tan importantes, una formación en género se hace imperativa. Y diría más, una formación feminista. Desde luego, ese es mi coaching.